Miembros fundadores de La Paleta Decimal, 1957, el 2° de la izq. Mauricio Castillo |
Desde
distintas publicaciones de la ciudad, en cuyas columnas se publicaron notas
debidas a nuestra intención de poner de relieve a las personas que por su
innegable valor enaltecen a nuestra ciudad, dijimos que nos ocuparíamos de los
integrantes de la Paleta Decimal a medida que el tiempo y el espacio nos
brindaran la oportunidad.
Nuestro
objeto ha sido imitado por periodistas de indudable mérito, por tanto y
halagados por el valor de nuestra inquietud nos satisface enormemente
referirnos hoy a nuestro amigo Mauricio Castillo.
Lo
visitamos en su chalet de la calle Olazábal y nos atiende con esa sencillez,
modestia y suavidad que le son tan particulares.
Desde que
le conocemos nunca ha salido de sus labios una frase condenatoria. Su cordial
trato es llamativamente parejo. Delgado, de mediana estatura, cabello lacio y
canoso peinado hacia atrás, de mirada
lejana, ágil, bondadosa, tiene un temperamento sereno que altera con dinámica
singular cuando habla de su oficio, de su arte, de sus obras; allí es locuaz,
ameno, muy comunicativo.
En el
living observamos una sobria decoración engalanada por su pinacoteca integrada
por óleos de Antonio y Angel Parodi, Demetrio Iramain, Ronchetti, Nelly
Alvarez, Haynemann, Carpanelli, Nanni, Carlos Alonso, Policastro, Semino,
Ossorio Luque, Sallati, Angelis; sobre la chimenea un llamativo desnudo de Segundo
Pérez, una tinta de De la Fuente, acuarela de Celano, un dibujo de Gaston Jarry
sobre una litografía de Castillo, una acuarela de Di Taranto, grabados de
Julián González, Bordini, Díaz Arduino, Estarico, Audivert, Rebuffo, Belloc,
xilografía de Versacci, un pastel de Fara, un dibujo de Rapela, óleos de Susana
(su hija) y hasta un grabado de Juan Homann, que fuera nuestro maestro, en
carbón y pluma.
Lomas Valentinas, 24 diciembre 1968 |
Castillo, a
pesar de su acento porteño, nació en Granada, España, el día de navidad del año
1904. Se radicó en nuestro país en 1912. Su padre de oficio ebanista se
estableció en la calle Santa Fe como anticuario y restaurador. De los cuatro
hermanos dos varones y dos mujeres, él es el que se dedica al arte, ingresando
a la Academia de Bellas Artes Manuel Belgrano, dirigida por Pío Collivadino y
en la que son sus maestros hombres de la talla de Ripamonte, Alice, Rossi,
Trezzini y Tercelli, egresando en 1927 con el título de profesor de dibujo.
Los
expertos y críticos de la época elogian calurosamente los trabajos que realiza
con carácter de ensayo sobre grabados y también en monocopias en los que
alcanza singular destreza.
Poseedor de
gran caudal de conocimientos plásticos ingresa en el taller de litografía Sixto
y Leme, calle Uspallata de la Capital, abrazando esta profesión que es su medio
de vida y le permite desarrollar con libertad su abundante vuelo espiritual en
realizaciones tan apasionadas de xilografías, aguafuertes, puntasecas y
monocopias.
En 1936
interviene en concursos de afiches, obteniendo mención honorífica en el que
organiza el Automóvil Club Argentino. Participa en los Salones Nacional de
Bellas Artes, Rosario de Santa Fe, La Plata, Morón, Vicente López, Mar del
Plata, etc. Y en numerosísimos certámenes provinciales, municipales, de
beneficencia, etc. También interviene en numerosos certámenes internacionales
conquistando diferentes distinciones.
En la
Escuela N° 2 de nuestra ciudad y en la N° 3 de Morón efectuó dos murales
titulados “Descubrimiento de América” y “Cabildo Abierto”, respectivamente,
realizó numerosas muestras personales, la más reciente en la Galería Argentina
de la Capital Federal en la que exhibió obras que pusieron de manifiesto su
maestría en los distintos procedimientos empleados y en su temática vastamente
variada.
Es miembro
fundador de la Asociación Argentina de Dibujantes y de “La Paleta Decimal” de
nuestra ciudad. Está representado en numerosas pinacotecas privadas, museos,
escuelas e instituciones.
Este
distinguido vecino cuya biografía se publica en la Gran Enciclopedia Argentina
de Diego A. Santillán y en la Enciclopedia del Arte de América de Vicente
Gesualdo, vive en nuestra ciudad desde 1950.
Uno de sus
hermanos que es odontólogo dirigió con él la construcción de su casa. Llegó
aquí desde que se trasladó de su segundo y último domicilio en la Capital,
barrio de Flores en la calle José Martí, de su notable técnica surgen los
afiches cinematográficos de firme trazo y atractivo colorido que han
popularizado numerosos filmes y atraído tantos espectadores.
Su opinión
sobre la pintura moderna es laudatoria. Considera que los nuevos estilos
obedecen a nuevas técnicas, a un evolucionado sentido de la síntesis.
“Me parece
lógica”, expresa. Cuando inquirimos sobre Picasso “extraordinario”, agrega y
finaliza: la pintura moderna, naturalmente, bien pintada, me gusta mucho.
Fíjese en Estarico, es un hombre maduro, de una autoridad en la materia y le
gusta mucho.
Precisamente
es don Leonardo Estarico quien nos dice de Castillo: “Es un artista cabal; la
tela, la piedra y la chapa en sus manos se transforman en materia creativa, es
decir piezas de arte”.